El Príncipe Laurent, el hijo menor de los Reyes Alberto y Paola de los Belgas, y su prometida, Claire Coombs, se unieron en matrimonio el doce de Abril del 2003 en Bruselas.
Del Palacio Real fueron saliendo con dirección al Ayuntamiento: la Reina Fabiola, los Príncipes Felipe y Matilde, la Princesa Astrid y el Archiduque Lorenzo, el Rey con la madre de la novia, y seguidos a poca distancia por la Reina Paola y el Príncipe Laurent, que vestía uniforma de gala de capitán de fragata.
En último lugar, y con gran serenidad, la novia acompañada por su padre, Nicolás Coombs.
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La novia y su padre a su llegada al Ayuntamiento de Bruselas |
La policía federal motorizada acompañó a un cortejo real que saludaba a los ciudadanos congregados en el itinerario. Con algún que otro desliz en el protocolo (el comandante que acompañaba el coche de los reyes, circulaba a la derecha del Rey, en lugar de ir a su izquierda).
Cuando llegaron a la Grande Place, frente al Ayuntamiento, en el que ya esperaban los testigos, y todos los miembros de las Casas Reales invitados a esta primera ceremonia civil, sonó claro y alto el Himno Nacional.
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Momento de la boda civil |
La ceremonia fue oficiada por el burgomaestre Freddy Thielemans, en francés, flamenco y alemán.
Tras el sí de ambos contrayentes, el príncipe Laurent tomó la mano de su mujer y la besó con afecto, con una sencilla reverencia. Después, el príncipe firmó seis actas en dos idiomas (francés y flamenco).
Para acompañar a los invitados en el momento de las firmas, músicos de cámara amenizaron estos minutos con bucólicas notas, románticas y un tanto nostálgicas.
A las 10.20, marido y mujer salieron al balcón del Ayuntamiento que da a la Grande Place. Saludaron al escaso público que quiso ver en vivo y en directo a la pareja real. Muchos optaron por la televisión, más cómoda y con comentaristas que no dejaban pasar ni un detalle.
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Los novios en el balcón del Ayuntamiento |
En un primer momento, el príncipe Laurent y Claire Coombs parecían desconcertados, quizá excesivamente emocionados por lo que acababan de vivir. Pero, pronto, la princesa tomó la iniciativa. Miró tierna a su ya marido, el príncipe Laurent, y le dio un suave beso en los labios que fue aclamado por los congregados. La princesa Matilde, cuatro años antes, no se atrevió a tanto y dio, rápida, un beso en la mejilla al príncipe heredero.
Después saldrían también a saludar al balcón los Reyes de Bélgica y los padres de la novia.
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Los novios y sus respectivos padres saludan a los congregados en la Gran Plaza |
El cortejo nupcial se trasladaría a la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, donde a las 11 de la mañana tendría lugar la ceremonia religiosa.
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Los Reyes de los Belgas a su llegada a la Catedral |
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Los Príncipes herederos y la Reina Fabiola |
En el interior de la Catedral, entre los invitados se encontraban los Grandes Duques Enrique y Mª Teresa de Luxemburgo, las Princesas Victoria y Magdalena de Suecia, los Príncipes Constantin y Laurent de Holanda, los Príncipes Guillermo y Sibilla de Luxemburgo y la Princesa Margarita de Luxemburgo.
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La Princesa Magdalena de Suecia y los Príncipes Constantin y Laurentien de Holanda |
Las 49 campanas de la catedral anunciaron la llegada de los recién casados. Y del órgano catedralicio que, bajo los profesionales dedos del músico Jozef Sluys, salieron los sugerentes acordes de la Tocata y Fuga de Bach.
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Claire del brazo de su padre, Nicolás Coombs , rompiendo la tradición belga |
Rompiendo la tradición belga, la novia llegaría a la Catedral del brazo de su padre, en lugar de hacerlo de su ya esposo, el Príncipe Laurent.
Una explosión de flores blancas, lilas y azaleas, más de ocho mil, cubrían la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, regalada por una asociación, la Ghent Flower Show, que organiza exposiciones florales cada cinco años. Una enorme alfombra roja, de las medidas del pasillo de la catedral, 110 metros de largo, esperaba la llegada del príncipe Laurent y la princesa Claire.
La novia había desvelado que el diseñador para su vestido nupcial sería Edouard Vermeulen, de la prestigiosa casa belga Natan, que ya había confeccionado el vestido de la Princesa Matilde. Le pidió un "traje romántico, femenino y sencillo".
Recibieron a los novios los oficiantes, el cardenal Godfried Dannels, el canónigo Raymond van Shoubroeck, Dean de Bruselas; el dean de Laqueen, Herman Coslins y el padre Guy Gilbert, amigo íntimo del príncipe Laurent conocido como el cura de los marginados.
El sencillo vestido blanco tenía por único adorno el encaje que cubría el torso, dándole con la terminación del encaje en blonda un aire romántico.
La cola de tres metros era desmontable, y el velo de encaje de Bruselas, realizado con bolillos y aguja sobre tul, perteneció a la familia de la Reina Paola, que lo llevó en su boda en 1959, y después usarían las Princesas Astrid y Matilde.
En realidad el velo fue realizado para Laura Mosselman du Chenoy en 1877, para su boda con el Príncipe Beniamino Ruffo fi Calabria. Sería heredado por el hijo de ambos, el Príncipe Fulco (padre de la Reina Paola), y en 1919, su esposa Luisa Gazelli, Condesa de Rossana y de Sebastiano, también lo lucirá en su boda.
El velo quedaba sujeto por una preciosa y antiquísima tiara, regalo de los reyes a juego con su pulsera de hilo de brillantes. También lucía unos pendientes de perla de nácar en lágrima (o gota). La alianza de casada era un diseño de Cartier.
El ramo era un bouquet de azaleas y rododendro en original caída.
Claire Coombs, topografo de profesión, sería convertida por su suegro, el Rey Alberto II, en Princesa Real
Cuatro oficiales de la Marina, a la salida de la catedral, levantaron sus espadas mientras los esposos bajaban la escalinata y avanzaban hacia el Mercedes que les conduciría hacia el Palacio Real de Bruselas.
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Los Reyes Alberto II y Paola a la salida de la Catedral |
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La Reina Fabiola, viuda del Rey Balduino con unos de los hijos de la Princesa Astrid |
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Los Grandes Duques Enrique y Mª Teresa de Luxemburgo |
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Los Príncipes Guillermo y Sibilla de Luxemburgo |
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La Princesa Victoria de Suecia |
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La Princesa Margarita de Luxemburgo, Princesa de Liechtenstein |
Al llegar al Palacio tuvo lugar la sesión de fotos oficiales y después se celebraría un banquete familiar, con pocos invitados por respeto a las victimas de la guerra de Iraq.
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Foto oficial de los novios con sus padres |
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Los novios con sus padres, hermanos y sobrinos |
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